Una de los ciclomotores más deseados en nuestro país a los 14 años cuando en la década de los ochenta podías sacarte el carnet de ciclomotor era la Puch Condor 50. Este ciclomotor no solo era precioso, sino que francamente iba bien y era muy equilibrado. Prueba de ello fue su larga vida comercial con sus diferentes versiones y mejoras.
Aunque Puch es una marca austriaca, en la década de los 60, Avello S.A en Gijón (España), dejaba de fabricar motos MV Augusta para centrarse en las Puch bajo licencia de la central en Austria. Una de las primeras Puch españolas es la Puch Borrasca, pero creemos que uno de los ciclomotores con mayor fabricación fue la "minicross 50" para posteriormente convertirse en el modelo Condor en 1982 convirtiendose en la ganadora con el premio al mejor ciclomotor del año.
Las Condor II y III se fabrican ya bajo el paraguas de Suzuki, la familia Avello ya no está al frente de la fábrica y aunque seguían vendiendo motos, el beneficio se redujo y a finales de los 80 Puch desaparece como tal para convertirse en Suzuki España.
Una de las versiones más preciosas y que hizo las delicias de muchos adolescentes fue la versión MD que ya incorporaba freno de disco delantero y mono amortiguador trasero (como su hermana mayor la Cobra), escape bufanda siguiendo los canones actuales de la época. El motor seguía siendo el mismo que las anteriores Condor, un monocilindrico de 2 tiempos de 49cc refrigerado por aire de cuatro marchas y solo 2cv a 5.500 rpm porque la ley de aquel entonces obligaba a que los ciclomotores no pudieran pasar de los 45 km/h. No obstante habían muchos kits en la industria auxiliar que con pocas modificaciones hacían de la pequeña Puch una motocicleta tremendamente divertida. Lo más común era cambiar el pequeño carburador Dell'Orto de 12mm por un Amal de 16, poner un plato más pequeño o un piñon con un par de dientes más, y ya solo con esto el ciclomotor rondaba los 75 km/h. Los más atrevidos ya cambiaban cilindro y pistón por uno de mayor (había hasta 80cc) cilindrada, un escape y filtro de aire más "abierto", por lo que las prestaciones ya podían rondar los 100 km/h e incluso superarlas. El problema venía que la parte ciclo no estaba a la altura, pero eso ya no importaba tanto a sus jovenes propietarios, que lo unico que buscaban era prestaciones.
Para los nostalgicos puede ser una buena pieza de colección y aunque no se considera una moto clásica o mejor dicho ciclomotor clásico si puede serlo en un futuro, sobre todo las primeras versiones.
A continuación puedes descargar y leer la prueba publicada en la revista Motociclismo número 841 de 1984.