Marcas y modelos
La Honda VF 1000 R fue la gran apuesta por parte de Honda en lo que se refiere a motores V4. Honda ya tenía su Honda VF 750 y la novedosa VF 500 F y FII. Honda quería que fuera la mejor deportiva japonesa de todos los tiempos. Tiro la casa por la ventana en lo que a componentes se refiere. Bastidor de sección rectangular de tubos de acero, suspensiones sofisticadas (la gruesa horquilla de 41mm incorporaba asistencia por aire), anti-dive (el sistema anti hundimiento TRAC), motor de 122 CV a 10.500 r.p.m. con mando de árboles de levas a través de una cascada de engranajes, cuatro válvulas por cilindro, embrague "anti-rebote", discos delanteros flotantes con pinzas de cuatro pistones, y una silueta preciosa y de Gran Premio.
Tanta sofisticación penalizo este modelo con un precio muy elevado y un peso considerablemente alto, en orden de 270 kgs en orden de marcha. Eso finalmente hizo que no se tratara de la mejor deportiva, pero si entre las mejores sport turismo, ya que su gran carenado y elevada estabilidad y velocidad punta hicieron de ella la reina de las autovías, con velocidad máxima de 243 km/h. gracias a su potente motor de 122 CV, potencia muy cercana al de su competidora la Yamaha FJ 1100. La VF 1000 R costaba aproximadamente un 50% más que la F, sin embargo rezumaba calidad, el carenado estaba reforzado con fibra de carbono, el manillar ajustable era de aleación pulida. Los arboles de levas con transmisión por engranajes permitían una distribución precisa a altas revoluciones.
La Honda VF 1000 R, a pesar de su línea de G.P. es una moto dócil y con bajos que la hace muy fácil de llevar gracias a su motor V4. En carretera la Honda no se muestra especialmente explosiva ni difícil de dominar. La potencia de la Honda viene de forma más progresiva, entre 2.000 y 11.000 r.p.m. hay res-puesta predecible. La Yamaha FJ tira desde 2.000 hasta 10.000 r.p.m. también de forma progresiva pero con un aumento en rabia más pronunciada entre 7.000 r.p.m. y 10.000 r.p.m.
A diferencia de su predecesora, la Honda CB 1100R, la VF 1000 R apenas era vista en los circuitos, y mucho menos entre las motos ganadoras. Eso repercutió en sus ventas, sobre todo porque su precio la ponía al mismo nivel que las Bimota o Harris más exclusivas y deportivas. No obstante a día de hoy comienza a ser una moto preciada y valorada por los coleccionistas y con un valor a la alza
A continuación puedes leer la prueba publicada en la revista Motociclismo nº 876 de 1984